ACTIVIDAD

Memorias de las infancias en tiempos de guerra

- Campaña digital de comunicación -

Los niños en la construcción de Europa

23 de agosto

Con motivo del Día Europeo de Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo, el proyecto REMECHILD ha lanzado la primera campaña digital de comunicación “Los niños en la construcción de Europa”. En estas fechas hemos recordado y honrado a las víctimas a partir de tres historias.

Ada Marchesini, víctima del nazismo

Detenida en Milán, en febrero de 1944, Ada fue una de las muchas mujeres arrestadas en base a la orden policial italiana de 1943, que impuso el internamiento de judíos en campos. Conducida a la prisión de San Vittore y después al Campo de Fossoli, Ada fue deportada y asesinada en Auschwitz, en agosto de 1944. A su tragedia sobrevivieron las cartas que escribió a su marido desde Fossoli y que narran la vida en el campo, marcada por las distancias dolorosas, la esperanza, el miedo y la incertidumbre. En su última, decía:  

Mí Beppi, ¡cuánto me hubiera gustado verte una vez más antes de mi partida! ¡Cuánto hubiera deseado saber de nuestro tesoro y de toda mi familia y la tuya! Esto no me es concedido y me voy con el pensamiento y el corazón lleno de vosotros, mis queridos, quién sabe si volveré o cuándo.

© Fondazione Fossoli

Los niños de la Maison d’Izieu

La Maison d’Izieu, fundada por Sabine y Miron Zlatin, acogió a más de un centenar de niños judíos para salvarlos de la persecución antisemita, entre mayo de 1943 a abril de 1944. La mañana del 6 de abril de 1944, los 44 niños y 7 profesores de la colonia fueron detenidos y deportados por orden de Klaus Barbie, uno de los jefes de la Gestapo de Lyon. A excepción de dos adolescentes y de Miron Zlatin, que fueron fusilados en Reval (Tallin), en Estonia, el grupo fue deportado a Auschwitz. Sólo una adulta, Léa Feldblum, regresó. Todos los demás fueron asesinados a su llegada. Perseguido y traído a Francia por Beate y Serge Klarsfeld, con la ayuda de Fortunée Benguigui e Ita-Rosa Halaunbrenner, madres de niños de la colonia, Klaus Barbie fue llevado ante los tribunales franceses. Con la ayuda de numerosos testigos, fue juzgado y condenado en Lyon en 1987 por crímenes contra la humanidad. Este juicio ancló definitivamente la redada de Izieu en la memoria francesa. En marzo de 1988, a raíz del juicio, Sabine Zlatin creó la asociación «Musée-Mémorial des enfants d’Izieu». Desde el decreto promulgado por el presidente de la República Francesa el 3 de febrero de 1993, la Maison d’Izieu es, junto con el antiguo Vélodrome d’Hiver y el antiguo campo de internamiento de Gurs, uno de los tres lugares de memoria nacional de las víctimas de la persecución racista y antisemita y de los crímenes contra la humanidad cometidos con la complicidad del gobierno de Vichy, conocido como «Gobierno del Estado francés» (1940-1944).  

© Maison d’Izieu

Luis Iriondo, el niño superviviente del bombardeo de Gernika (26 de abril de 1937)

Durante la Guerra Civil española la pequeña ciudad de Gernika sufrió un bombardeo de terror que destruyó el 85% de sus edificios, además de provocar muchas víctimas. Luis Iriondo Aurtenetxe nació y vivió en Gernika hasta el día del bombardeo, el 26 de abril de 1937.  

¿Cuánto tiempo duraba? ¿No tenían los bombardeos un tiempo para su realización, como todas las cosas? Junto a mí había un miliciano, apoyado a los sacos y mirando al suelo, ensimismado, y pensé que aquel lo sabría. 

– ¿Falta mucho para que termine?. -Le dije.  

Creía que por su experiencia en la guerra, podría contestar a mi pregunta. Me miró, volvió la vista al suelo y no me contestó.  

Después de un tiempo que creí infinito, por fin, cesaron las explosiones. Pasó un rato de espera y el miliciano me dijo:  

-Parece que ya ha terminado.  

Cuando salí de entre los sacos al exterior me detuve aterrado. Todo el pueblo estaba en llamas. Una nube de humo cubría el cielo. No sabía si el fin del bombardeo sería definitivo y eché a correr junto a los tenderetes derribados de los quincalleros y corrí hacia las escaleras que junto a las escuelas de las niñas subían hacía la Casa de Juntas para de allí ir a la carretera de Lumo y salir al campo Al pasar junto al “sacafaltas” sin detenerme, miré hacía abajo y vi que todo Gernika era una hoguera. 

 La gente que huía del pueblo subía en la misma dirección. Junto a la fuente de Udetxea me llamó la atención un objeto brillante. Me acerqué y vi que era como un tubo metálico. Estaba roto y de su interior salía una masa blanca. Era una bomba incendiaria.Según leí años después, fueron arrojadas 3.000 bombas como aquellas, además de otros 50.000 kilos de bombas explosivas. 

© Fundación Museo de la Paz de Gernika

Presentación del proyecto REMEMCHILD 

REMEMCHILD es un proyecto de mayor envergadura que pretende recuperar las trayectorias, experiencias y memorias de los niños durante los conflictos bélicos, con especial atención a la Segunda Guerra Mundial y la inmediata posguerra, en Europa Occidental y Oriental, en los países ocupados y colaboracionistas, liberados posteriormente por los Aliados. Dentro de la tragedia de los niños -el grupo de la población civil más inocente, vulnerable e indefenso – el proyecto se centra en los menores judíos y roma, víctimas del Holocausto y del Porraimos, respectivamente; en los niños vulnerables a las políticas y persecución nazis- niños con discapacidades físicas/mentales, menores sujetos a experimentos médicos, y colaboradores de la Resistencia. La IIGM tuvo otras consecuencias sobre ellos en calidad de internados, desplazados, refugiados, exiliados, huérfanos, o víctimas y supervivientes de bombardeos y hambrunas, etc. Estas figuras infantiles serán abordadas junto con las de mujeres, víctimas y supervivientes del nazismo, resistentes y combatientes, sanitarias y médicas, trabajadoras en la retaguardia, voluntarias de la ayuda humanitaria, y madres, protectoras y cuidadoras de las infancias. La extensa labor desarrollada por las mujeres invita a una reflexión en profundidad sobre este colectivo de luchadoras por la paz y para la protección de los derechos de la infancia, y símbolos de valores humanistas europeos como la solidaridad, la humanidad, la paz y el voluntariado. El proyecto pretende ser un homenaje a mujeres y niños, colectivos fundamentales en la reconstrucción de Europa y en la construcción de la paz.