El monumento se creó a partir del lugar auténtico: la casa que acogió el Hogar de Niños a partir de mayo de 1943. Data del siglo XIX y fue adquirida a particulares por la asociación Maison d’Izieu en 1990. Cuatro años más tarde, se inauguró el monumento.
Más que una recreación histórica, el espacio vacío de la museografía evoca la ausencia dejada por los niños que fueron acorralados.
El público explora varias salas: el vestíbulo (donde los niños se aseaban cuando el tiempo no acompañaba), la sala de los educadores (llamada así por los retratos de algunos de los adultos que cuidaron de los jóvenes refugiados) y el refectorio en el que se exponen reproducciones de las cartas y dibujos de los niños. La visita continúa en la primera planta con el aula (la única de la casa en la que hay una recreación histórica) y los dormitorios de las niñas, donde se exponen los retratos de los 44 niños (los niños dormían en la primera planta de un edificio anexo, una antigua granja de gusanos de seda). La salida es por la antigua cocina, utilizada hoy para proyectar la película de animación La Lanterne magique des enfants d’Izieu.